lunes, 2 de marzo de 2009

Jugar es comunicarse

El juego es una experiencia emocional cargada de comunicación e interacción con otros, con los objetos y con el espacio. A través del juego los niños se socializan en la cultura de grupo, integrando los valores éticos, morales y estéticos de la sociedad a la que pertenece, lo que lo convierte en una actividad fundamental en el desarrollo de la persona.
Jugando con iguales comprenderá que existen unas reglas determinadas a seguir para poder jugar, aprenderá a conocerse y a conocer a otros, a esperar su turno, a aceptar los resultados que no le sean favorables. Aprenderá a expresar emociones, a resolver conflictos, a ceder, a negociar, ofrecer, pedir… Podemos afirmar que para los niños el juego es su lenguaje. Un simple “jugamos a” pone en marcha un sinfín de mecanismos que culminan en un grupo de niños y niñas que se divierten juntos: acordar el juego, repartirse los papeles, imaginar una historia, compartirla, escucharla y convertirla en la historia del grupo añadiendo cada uno sus ideas y matices. Éstas son parte de las capacidades que el juego pone en marcha, convirtiéndose en una verdadera escuela de socialización.

Imma Marín especialista en juegos, juguetes y educación

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